¿El fin del presencialismo?

Está claro que el coronavirus, como la gripe y otros virus, ha venido para quedarse, pero no sólo en forma de virus, sino en forma de cambios sociales que ahora mismo podemos tomar por provisionales, pero que van a acabar siendo definitivos y sino al tiempo.

16 de Marzo de 2020, esos calendarios que regalan los proveedores en Navidad felicitando el cambio de año se quedan congelados, y no es porque la felicitación del 2020 haya venido maldita, sino porque ese día muchas empresas mandaron a sus tarbajadores para casa y allí se quedaron, trabajando, adaptándose a un nuevo entorno de trabajo sin paños calientes, durante más de dos meses, muchos siguen así.

Otras empresas han decidido ir volviendo total o parcialmente a la oficina, en parte por presiones económicas (gran parte de las empresas del Ibex han vuelto), en parte por presiones de su propia jerarquía, que no sólo no se ha adaptado a la nueva normalidad, sino que pretenden mantener ese concepto tan hispano: el presencialismo.

Y es que el presencialismo es cómodo, hay un modelo de jefatura implantado en nuestro ADN para el que la vacuna va a ser precisamente el coronavirus… pero esta pandemia aún durará mucho. En casi todas las plantillas hay ovejas negras, esos trabajadores que no cumplen o que cumplen lo justo, esos trabajadores que encuentran siempre la manera de hacer menos de lo que deben o con menor esfuerzo, este modelo de trabajador, que sobrevive en las grandes empresas de este país porque el propio tamaño de las empresas las hace incompetentes para localizar y erradicar estos casos. Casos algunos creados también por la propia empresa y su falta de reciclaje de trabajadores, motivación o simplemente no saber ubicar a los trabajadores en el puesto en el que mejor rinden.

Llegan tiempos de cambio, serán largos y tendrán mucho que ver con como vaya la evolucíon de la pandemia, pero parece que por fin, los departamentos de recursos humanos de las empresas se han dado cuenta que hay que estar preparados, no tecnológicamente que tenología nos sobra, sino procedimentalmente para el TELETRABAJO.

Si, teletrabajo con mayúsculas, porque desde cualquier punto de vista es mucho más productivo:

  • Menos traslados, más tiempo libre, menos contaminación
  • Menos oficinas o menos grandes, salas de reuniones más pequeñas, menos puestos de trabajo .. menos costes
  • Más conciliación de la vida personal y familiar con la vida profesional
  • Menos viajes de trabajo (eso de ir a Madrid para dos horas de reunión se acaba), menos costes de viajes, más productividad en cuanto a tiempo aprovechado
  • Menos contagios de enferemedades
  • Más disponibilidad y flexibilidad de horario

Podría seguir así una y otra vez, el mayor de los problemas es que estos cambios implican jerarquías con herramientas que han ido perdiendo con los años y la dejadez del control del trabajo en los procedimientos de recursos humanos. En castizo, que a los jefes de las grandes empresas de este país les va a tocar a dedicar esa parte de tiempo que se van a ahorrar teletrabajando en hacer seguimiento del trabajo de su equipo, repartir el trabajo entre todos (no dar el trabajo al bueno y dejar descansar al menos bueno), controlar básicamente, algo que en la oficina sale rodado y va a suponer un pequeño trabajo.

En la época del Agilismo, en la época de la movilidad, en la época del whatsapp, en la época del siempre conectados, en la época del 5G, en la época del streaming de video… toca teletrabajo, tocan aires de cambio.

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